El crecimiento horizontal desmedido no brinda las soluciones necesarias para este contexto, además de ser un gran consumidor de energía, su construcción es un modelo mucho más costoso de ejecutar, provoca que la tierra sea cada vez más escasa y por supuesto, desata un aumento en el precio de adquisición.

Al respecto, la gran apuesta de los grandes arquitectos contemporáneos es tender a la verticalidad, es decir, construir hacia arriba, ¿poético, no?

Una de los maravillosos efectos de la Arquitectura Vertical es la sostenibilidad y un crecimiento demográfico organizado, la eficiencia energética, un mejor aprovechamiento del espacio, conectividad y cercanía, y por supuesto un precio de compra mucho más razonable.

Bajo un diseño simple, elegante y totalmente funcional, la vida en vertical está pensada para brindar espacios que conecten con el exterior como balcones, ventanas de techo a piso para permitir una ventilación apropiada, la entrada luz natural y por supuesto espacios de uso común como lo son las amenidades y las áreas verdes.

Esto no es sólo una propuesta arquitectónica de tendencia, se trata de una propuesta de vida que reformula por completo el concepto de urbanidad y que pretende no sólo conseguir ciudades más eficientes y espacios multifuncionales, sino que además busca ofrecer una calidad de vida superior a sus habitantes.